El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado recientemente la nueva política cubana de su gobierno. Declaró que se retirarían todas las medidas adoptadas durante la era de Obama para desarrollar relaciones diplomáticas y aflojar el bloqueo.
Trump hizo esta declaración en un espectáculo que realizó en Miami con los ricos cubano-americanos -los más feroz enemigos de Cuba, que lo habían apoyado durante las elecciones presidenciales. Nombró a varios terroristas contrarrevolucionarios, entrenados y armados por los Estados Unidos durante años y agredidos al pueblo cubano y el estado cubano, como combatientes de la libertad; mientras presentaba el poder socialista de Cuba como una dictadura que oprimía a su propio pueblo.
Las mentiras repetitivas sobre Cuba van juntos perfectamente con Donald Trump. De esta manera, la esencia de la enemistad estadounidense hacia el pueblo cubano, que ha estado luchando por su libertad e independencia durante muchos años, se reveló inequívocamente.
Estas mentiras que sólo un puñado de tontos y enemigos desesperados de Cuba podrían creer no cubren el punto muerto de la política cubana de la clase dominante de Estados Unidos. Obama decidió aflojar esta política no porque sea un amigo de Cuba, pero con la razón de que esta política ha fracasado e incluso ha dañado los intereses de Estados Unidos. La decisión de Obama recuperó levemente el daño que se le dio a la economía cubana. La política de bloqueo está sustancialmente en vigor.
No obstante, el espectáculo de Trump demostró que el reaccionismo norteamericano no podía tolerar la apertura muy moderada de Obama hacia Cuba y prefirió una vez más ignorar una simple verdad: la política genocida de bloqueo que ha dañado materialmente y moralmente a los cubanos durante muchos años ha fracasado y fracasará en romper la resistencia contra la agresión estadounidense. El espectáculo feo de Trump, por otro lado, será recordado en el mejor de los casos como una comedia.
Asociación de Amistad Cuba-Turquía “José Martí”